Cada día al levantarte, utiliza unos segundos para tomar conciencia de todo lo que recibes y del nuevo día que tienes para vivir. Esto te llevará a darte cuenta de que absolutamente todo lo que tienes, desde tu vida hasta cualquier cosa material, te es dado y nunca nos paramos a dar un simple gracias por ello.
Cierto es que hay casos en que es muy difícil dar gracias por lo que se tiene; no siempre gozamos de salud ni de una vida fácil, pero creo que siempre hay algo de lo que aprender y sacar provecho, y por eso hasta de las situaciones adversas hay siempre que agradecer algo.
Cuando tomamos el desayuno, la comida o la cena...o hasta un simple refrigerio, toma también conciencia de cuanta gente no puede ni siquiera comer regularmente.
Estamos acostumbrados a tener todo al alcance de la mano y a veces se nos olvida lo que cuesta producir lo que tenemos, y pasamos a pensar de una forma egoísta. Queremos tener todo lo que se pueda tener y no pensamos ni por qué se nos concede, ni quien es el que lo hace posible.
Termino mi relfexión semanal con una frase que leí por la red, del grupo "Reiki internacional"
Puede ser que la vida no sea la fiesta que imaginamos, pero ya que
estamos aqui… ¡es mejor que bailemos!.
